Mi foto
Nombre:
Lugar: Argentina

viernes, 5 de febrero de 2021

FEBRERO DE 2021  UN MUNDO QUE CAMBIA

Esta mañana, mientras cerraba las ventanas porque el fuerte sol del verano santiagueño lo hacía imprescindible a esa hora, iba contemplando mi casa,con sus muebles y sus cuadros ...Cada cosa en ella era un recuerdo y cada recuerdo un retazo de vida...

En esta casa habían nacido dos de mis hijos: Carlos Enrique y Federico José. En esta casa también,   habían partido a la casa del Padre mis suegros:  Raúl Arturo Soria Paz y Josefa Vildósola de Galdiz. Unos años después los había seguido  María Esther Soria Paz. Y con el Tiempo Carlos Alejandro Soria Vildósola...

El Señor llamó luego a mi madre Hilda Rosa Peregrina Gottardi Marasso, que yo había traído desde Neuquén y poco después a su fiel asistente Luisa Painenau...


Pensé: Soy la última!... Dios me conceda  poder seguir viviendo aquí, en medio de mis recuerdos, cumpliendo la misión de seguirlos haciendo presentes hasta que llegue mi día!!...Ese es mi mayor deseo!!!...

Un sentimiento de dolorosa  impotencia y, al mismo tiempo de mansa aceptación, me embargó...

Esta había sido la casa de mis suegros. Con el correr de los años pasó a mi poder, pero yo la seguí compartiendo con ellos en mi corazón. Hace muchos años que no están con nosotros, pero dos grandes cuadros sobre la biblioteca del escritorio los mantienen siempre presentes presidiendo todo lo que sucede en esta parte de su familia. 

Miré hacia la escalera desde la pared de cuyo descanso parecían mirarme mis abuelos y las dos tías que tuvieron mayor influencia en mi vida.



En una pared del hall de arriba estaba la imagen del Sagrado Corazón...

... que perteneciera a María Esther Soria Paz. 


En el que fuera el dormitorio de mis hijos,que  conservaba los muebles que habían sido de los niños Soria Vildósola, ... 


... estaba el antiguo e importante cuadro de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, que solía presidir el dormitorio de mi abuelita Adela.


Continué cerrando ventanas.. en el otro dormitorio estaban  la cama, las mesas de luz, el toilette, la banqueta  y el antiguo crucifijo que habían formado parte del dormitorio de mis suegros..



Al salir de allí mis ojos se fijaron en la hermosa "piedra" que atesoro, colocada sobre la pequeña mesita donde estuviera desde el día que llegara a nuestra casa alla por 1944. Mi papá la había encontrado en la cordillera de los Andes en la provincia de Río Negro. Había estado siempre como un adorno en casa de mi madre y vino a Sgo, del Estero con ella cuando la traje de Neuquén. Es muy bella. Cierto día, observándola con detenimiento, vi que en suparte inferior se distiguía claramente y sin lugar a dudas, la forma de una vértebra espinal... Temo que la "piedra" ha resultado ser un fósil...




Llegué luego  al que había sido el dormitorio de mi mamá, con el bello retrato ampliado  de su madre, mi abuela Rosita Marasso, y el enorme cuadro que estuviera en la cabecera de la cama de mi hermano Enrique que  mi mamá había querido conservar después de su muerte...

Yme acordé de mi abuelo Güerino Jerónimo Gottardi, el adorado padre de mi mamá  - mi querido "belito"-  al que apenas había llegado a conocer y al que, sin embargo,  recordaba con tanto cariño...




Pensé también en el gran crucifijo que recibe, en el hall de abajo, a quienes llegan a esta casa, que viniera de Rivadavia 290. Frente a ese Cristo crucificado nos habíamos arrodillado todas las noches mi abuelita Adela, mis tías María Teresa, Susana y yo, para rezar el Rosario  por el alma de mi padre, que a los 38 años nos había dejado hacía un año tan sólo y por mi abuelo Enrique...

Yo acababa de cumplir mis ocho años...  


Y mis pensamientos me llevaron a la pared del escritorio sobre la que el Dr Carlos Alejandro Soria Vildósola había querido colgar algunos de los diplomas distinciones y muestras de cariño que había cosechado durante el ejercicio de su profesión...

 


Sonreí al recordar que yo había colocado las fotos de sus padres de manera tal que pudieran ver estas distinciones y sentirse muy orgullosos de los triunfos  de su hijo...

 

Cuántos recuerdos!!!... Y cuánto quería yo esos recuerdos!!... pero no me quedaba otro remedio que desapegarme de todos ellos, me dije a mí misma con tristeza...

 Mirando a la cama de mi mamá. como si ella estuviera aún allí le dije: Te das cuenta mamá?  soy la última... Después de mí todo esto va a desaparecer... Las casas de hoy no tienen lugar para grandes cuadros ni grandes fotos, menos de gente del pasado... Además supongo que todos piensan que estas cosas no se usan ya... 

Permanecí un rato pensando en todo esto... tratando de grabar, en mi mente y mi memoria,mi casa, cada lugar y cada recuerdo... como si, al hacerlo, los fuese transformando en parte de la eternidad...   

Después con el alma llena de una serena y hasta dulce  melancolía me volví a repetir...Soy la última!!...